Mírame
como cada día vuelvo a ti,
colándome en tu cama
y, esperándote agazapada,
te miro suplicando un beso.
Mírame,
soy esclava de tus ojos
que me tranmiten el amor,
me regalan la ilusión,
que me da la vida.
Mírame,
tan pequeña y grande
bajo la fuerza de tu cuerpo.
Y ya no sé vivir lejos de tus "te quiero".

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